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Promover la innovación dentro de una empresa no solo consiste en amplificar el uso de tecnología y procesos digitales. Innovar es, en esencia, romper esquemas de trabajo e implementar una nueva manera de pensar dentro de la organización, sobre todo en este contexto de pandemia. “Esta iniciativa no puede ser un esfuerzo aislado y nacer de un apéndice de la organización. Debe ser un trabajo integrado que contagie a toda la empresa, porque se requiere mucha energía y apoyo de los líderes y directivos para desafiar al resto e impulsar un cambio”, explica Lourdes Martínez Quiñe, consultora en Diseño de Servicios y especialista en emprendimiento e innovación.
La innovación debe tener como centro al usuario, que en la actualidad busca experiencias cualitativas. Por esta razón, todos los esfuerzos de una empresa deben enfocarse en atender adecuadamente las necesidades de los clientes. “Hay que generar valor. Se debe escuchar a profundidad a los usuarios para obtener mejores resultados. Crear junto con ellos una propuesta de solución. No nos podemos basar en supuestos, hay que apoyarse en la realidad y para ello se debe entender su problemática”, indica Lourdes, quien será docente en el Programa de Especialización y Desarrollo (PED) de Innovación y Emprendimiento que organiza la Universidad Católica San Pablo.
Escuchar al cliente
¿Por qué las empresas no toman en cuenta a los clientes al momento de idear una solución? Martínez responde: “Existe una lógica de creerse los expertos y que nadie conoce el negocio mejor que los que trabajan dentro. Pero, desde mi perspectiva, quiénes van a utilizar el servicio son las personas, los usuarios, las otras empresas a las que atendemos. No escucharlos y no ser empáticos con ellos es un gran error”.
Los procesos de innovación también requieren de mucha flexibilidad y apertura al fracaso. Se parte de la premisa de que mientras más rápido surja un error, será más fácil hacer los ajustes necesarios y así, a largo plazo, se podrá encontrar una solución adecuada.
La recomendación de la especialista es saltar al mercado con el “minimum viable product”, es decir con el producto mínimo indispensable. “No tienes que esperar a que todo esté perfecto, los ajustes se pueden ir haciendo a lo largo del proceso. Si te demoras mucho en aplicar una propuesta no se van a poder encontrar las fallas a tiempo”, precisa.
PED DE INNOVACIÓN Y EMPRENDIMIENTO
Estos conceptos serán abordados en el Programa de Especialización y Desarrollo (PED) de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Católica San Pablo. Las clases virtuales iniciarán la semana del del 19 de abril del 2021. Más información en la página: ped.ucsp.edu.pe/ped-en-innovacion-y-emprendimiento.